
MEDIACIÓN FAMILIAR (INTRAJUDICIAL Y EXTRAJUDICIAL)
– Separaciones y divorcios.
– Parejas de hecho.
– Reparto de bienes tras la ruptura de la pareja.
– Alimentos y visitas a los hijos.
– Visitas a los abuelos.
– Relaciones padres e hijos.
– Conflictos relacionados con personas mayores, cuidado mayores.
– Reparto de herencias.
– Capitulaciones matrimoniales.
VENTAJAS:
Imaginar una familia en la que no existan conflictos no es posible ni casi deseable, pero, bien gestionado, un conflicto nos permite crecer y desarrollar nuevas y mejores maneras de relacionarnos. De todos los conflictos sociales, el familiar es posiblemente el que nos causa mayor dolor, pero muchas veces carecemos de las habilidades para resolverlos.
La mediación es muy recomendable en estos conflictos en los cuales es importante tratar de preservar relaciones y vínculos afectivos y familiares. Se intenta evitar que los retrasos propios de un proceso judicial, que traen graves prejuicios emocionales y económicos, a la vez que se busca una solución que en ningún otro sistema estará tan adaptada a sus circunstancias personales.
El mantener la paz familiar y las relaciones facilita que, tras el proceso de mediación, con las formas de comunicación y de escucha aprendidas en el mismo, se puedan afrontar los posibles desencuentros que puedan surgir de un modo dialogado y constructivo, ya que la mediación se basa en la idea de cooperación y no en la de enfrentamiento.
Por lo tanto, la mediación supone un método que no solo puede resolver el conflicto inmediato por el que estamos pasando, sino que nos puede ayudar en este ámbito familiar a resolver situaciones futuras porque se habla, se escucha, se piensa y se toman decisiones y siempre, lo que es primordial en el entorno familiar, se adecúa a las personas.